Los desafíos que enfrenta Japón hacia el año 2020.
A lo largo de las notas precedentes se han tratado temas de su cultura y costumbres y en su mayoría fueron salientes y positivos. Esto podría hacer creer que esa sociedad tiene sus problemas solucionados.
En esta última nota se intentará mostrar que Japón enfrenta numerosos desafíos de cara al futuro que ponen en riesgo su liderazgo y que eso depende de las decisiones que hoy están tomando sus dirigentes.
Hasta mediados de la década del ´80 el crecimiento de Japón se extendió durante cuatro décadas cimentado en reformas claves: la agraria, la laboral, de prohibición de los monopolios económicos, electoral y de su Constitución que le impide participar en guerras y desmanteló sus fuerzas armadas.
A su vez la red de interacción sistémica entre el Estado -a través del estratégico Ministerio de Industria- y las multinacionales japonesas fueron los artífices de articulación entre investigación, desarrollo tecnológico e innovación productiva. Ese período incluye la audaz reestructuración “tecnoeconómica” a que fue obligado con la crisis del petróleo en 1974.
Así Japón se ubicó como segunda economía del mundo, que hasta hoy perdura y que sólo supera toda la Unión Europea.
A mediados del ´80 comenzó una recesión y crisis -de la que recién pareciera recuperarse- originada en distintos eventos. El primero es el estallido de la denominada “economía burbuja”, que sobrevaloró el Yen y los bienes raíces quitándole competitividad a su economía y fomentando la especulación financiera.
Del mismo modo surgió una crisis política que genero incertidumbre dirigencial y derivó en una reforma política en el año 1994.
A estas razones se le deben sumar la creciente preocupación por el rápido envejecimiento de su sociedad originada en una tasa de natalidad de 1% y las postergadas reformas económico-financieras necesarias para adaptar el país a la realidad emergente.
Un artículo del analista independiente Tadashi Nakamae del año 1998, detalló tres posibles escenarios para Japón 2020 basados en más de cien entrevistas a actores calificados de ese país.
El primero de ellos -“Japón cae al vacío”- plantea un escenario basado en la incapacidad de dominar sus problemas económico-financieros estructurales, que deterioran su relación con EEUU y genera inestabilidad en China. La juventud japonesa no tolera tener que sostener su población anciana y emigra del país. Japón pierde el liderazgo en Asia.
El segundo “Preocupación por la seguridad” plantea el retiro de las tropas norteamericanas de la zona que durante 65 años protegieron a Japón y le permitió ahorrar en gastos de defensa. Esto enciende fuertes debates por una reforma constitucional que impide contar con fuerzas armadas propias. Japón es atrapado en el estancamiento.
El tercero “Resurgimiento nacional” en el que se recupera de su crisis financiera, implementa reformas sociales sin temblarle el pulso junto a otras educativas para incluir pedagogías promotoras de la creatividad. A partir de una revolución “tecnoambiental” alcanza estatus de líder global en la materia. Junto a EEUU moviliza las últimas tecnologías para asistir a China en producción de alimentos que le permitan proveer a los 12 millones de habitantes que allí nacen anualmente, brindando estabilidad política en Asia.
En el año 1998, la empresa Toyota lanzó al mercado japonés en modelo Prius, vehículo híbrido que utiliza como combustible nafta o hidrógeno indistintamente. En ese año también se aprobaron leyes regulatorias de residuos electrónicos que obligan a productores de electrodomésticos a reutilizar las materias primas de sus productos y hacerse cargo de los productos usados que los consumidores desechan al comprar uno nuevo.
En el marco de una renovación de ideas de la dirigencia política, en 2005 se realizó -con poca trascendencia en Argentina- la Expo Aichi 2005, exposición global internacional que convocó durante meses al mundo entero cuyo tema central era la nueva tendencia en tecnologías sustentables.
Las cartas están echadas y las responsabilidades parecen haberse asumido. Falta que el futuro hable.
Nota de opinión de luis María Lafosse publicada en el diario ElTiempo de Azul el lunes 6 de febrero de 2006.