If we keep doing what we're doing, we're going to keep getting what we're getting.
Stephen Covey

28.11.08

Tener la sensación de poder cambiar algo


Reportaje publicado en la revista Deutschland
El conocimiento y la creatividad son las bases del crecimiento futuro. ¿Cómo cambia el mundo laboral, a quiénes afectan las transformaciones y dónde se hallan los centros creativos? Una entrevista con el profesor Nico Stehr
Martin Orth

Pr. Stehr, usted estudia los procesos de transición de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento. ¿Qué caracteriza esa transformación?
La sociedad del futuro, que ya se perfila en el horizonte, se basará en el conocimiento. Cuando, a comienzos de los años 80, introducimos el concepto de “sociedad del conocimiento” en el debate científico nos preguntamos cuáles serían las fuentes del crecimiento en el futuro y cómo se genera valor en la sociedad moderna. Ese concepto pudo imponerse en los últimos años a otros términos similares, como el de “sociedad postindustrial”, porque arroja interrogantes sumamente interesantes en relación con el Estado y el desarrollo de las sociedades modernas. El concepto de sociedad del conocimiento puede ser aplicado no sólo a la sociedad en general, sino también a las grandes instituciones sociales modernas, como el Estado, la economía, la Iglesia, la familia y la ciencia. El término “sociedad postindustrial”, por el contrario, apunta hacia una dirección equivocada. Pues la industria, el sector de producción, que fabrica automóviles, refrigeradores, aparatos de televisión y cosas similares, no pierde importancia. Sólo que cada vez menos gente trabaja en la industria.
¿A quiénes afectan esas transformaciones?
En principio a todos los seres humanos. En el mundo laboral, en la industria, en los servicios, pero también en la agricultura, en todos los sectores de la economía se producen cambios fundamentales, apuntando todos a que vivimos cada vez más en una sociedad del conocimiento. También el agricultor debe tener hoy un alto grado de conocimientos, para poder entender procesos complejos y operar complicados dispositivos técnicos.
¿Qué impulsa ese proceso?
Lo nuevo no es la existencia de trabajo basado en conocimientos, ya que “expertos” siempre han existido. Lo nuevo es el gran número de puestos de trabajo que exigen grandes conocimientos, así como su considerable participación en el empleo total y la rápida disminución de los puestos de trabajo que exigen sólo pocos elementos cognitivos o en los que las personas producen o transportan cosas. Además, las personas que ingresan ahora al mercado laboral lo hacen con muchas más cualificaciones, expectativas e independencia que antes. Ello generará más transformaciones radicales en el mundo del trabajo.
¿Qué importancia tienen las competencias sociales en la sociedad del conocimiento?
Una de las cualificaciones más importantes en ese mundo laboral son no sólo las capacidades cognitivas, sino también las competencias sociales, como la convicción de poder adaptarse y transformarse. En otras palabras: una nueva conciencia. La gente joven y bien cualificada tiene hoy la sensación de poder cambiar algo.
¿Qué consecuencias tienen para el orden social los cambios en el mundo laboral?
La sociedad del conocimiento es una sociedad frágil, es decir, una sociedad en la que las grandes instituciones, como el Estado, la Iglesia y los grupos económicos, pierden influencia. No pierden nada de su poder y autoridad tradicionales, pero sí pierden en relación con el individuo, con pequeños grupos, que están cada vez más en condiciones de socavar las grandes instituciones. Además surgen nuevas relaciones entre los grupos económicos y los consumidores, los trabajadores y los gerentes, los estudiantes y las universidades. Ésa es una de las transformaciones más importantes en la sociedad del conocimiento. Pero ello no significa que ese proceso abarque a todos los individuos. Siempre existirán pioneros, líderes de determinados procesos que luego serán seguidos por todos. Quienes decidan inmiscuirse desempeñarán en el futuro un gran papel.
¿De dónde provienen los creativos?
En la historia de Europa y América del Norte no existe ningún proceso comparable a las experiencias que han realizado los seres humanos en las últimas décadas, particularmente entre 1950 y el 2000. Al final de ese período, la permanente amenaza de inseguridad económica, que antes se cernía sobre casi tres cuartas partes de la población, afecta como mucho a aproximadamente un quinto de la gente. Si bien incluso en las sociedades más ricas continúa existiendo la pobreza absoluta, no sólo el estándar de vida de la mayoría de la gente mejoró de forma casi ininterrumpida, y a menudo muy rápidamente, durante 40 años, sino también sus posibilidades educativas. Lo que caracteriza la singularidad de las experiencias de las actuales generaciones es sobre todo una mayor educación y el bienestar general. Esos cambios sociales generales son la base para el surgimiento tanto de mucho mayores exigencias en cuanto a creatividad como a la multiplicación, históricamente sin precedente, del número de seres humanos creativos.
Su colega norteamericano Richard Florida proclama incluso “The Rise of the Creative Class”, el ascenso de la clase creativa, y lo califica de factor decisivo para el éxito…
Efectivamente, en las sociedades del conocimiento, la creatividad, los factores cognitivos, el conocimiento y la información conforman la mayor parte de los activos de una empresa. En otras palabras, a excepción de los bienes y servicios particularmente estandarizados, la producción es determinada cada vez menos por la cantidad de trabajo tradicional realizado y el capital físico empleado. Hoy por hoy es muy difícil decir hasta qué punto los puestos y contextos de trabajo existentes están ya en condiciones de emplear a personal con crecientes capacidades y exigencias creativas. No obstante, puede partirse de que esas posibilidades de trabajo serán cada vez más necesarias y posibles, a saber, en la medida en que las empresas se den cuenta de que los puestos de trabajo con mayor autonomía, posibilidades de acción y responsabilidad serán una condición para el éxito empresarial sostenido. Por ello, las empresas se verán cada vez más obligadas a poner a disposición ese tipo de puestos de trabajo y a no impedirlos.
Richard Florida afirma que la “clase creativa” desempeña un papel decisivo para el éxito de ciudades y regiones. La prueba: el desarrollo de las ciudades y regiones estadounidenses. ¿Pueden identificarse así también “sitios creativos” en Alemania?
Una importante ley del desarrollo de las sociedades en general continúa teniendo vigencia también en la sociedad del conocimiento: la simultaneidad de lo no simultáneo. La ley de una existencia paralela, tanto en el tiempo como en el espacio, de diversos procesos sociales asegura que diferentes ciudades y regiones del mundo se vean afectadas en forma muy diferente por el desarrollo de la sociedad del conocimiento. También en la sociedad del conocimiento existen formas de producción industrial y creencias religiosas provenientes de sociedades tradicionales.
¿Y ello qué significa, tomando como ejemplo una región?


Tomemos como ejemplo la ciudad de Friedrichshafen, que si bien se halla ubicada en el sur profundo de Alemania, tiene todo lo que hace a una ciudad creativa. Por un lado posee una industria desarrollada, que fabrica motores para barcos, partes para automóviles y satélites. Por otro, un entorno atractivo, con muchas posibilidades para pasar el tiempo libre a orillas del Lago de Constanza. Y ahora también posee una universidad muy acreditada. La tasa de desocupación es una de los menores de Alemania y la ciudad es la que más atrae a académicos y jóvenes. La gente es creativa y se siente bien.


La revista "Deutschland" se edita en once idiomas y es distribuida en 180 países. "Deutschland": una revista destinada a quienes toman decisiones. "Deutschland" analiza lo que se esconde detrás de las noticias, informa sobre temas de actualidad en Alemania y Europa y sobre las relaciones bilaterales entre Alemania y diferentes regiones del mundo. Unos 1,5 millones de personas en todo el mundo leen "Deutschland". La revista es publicada bimestralmente por la editorial Societäts-Verlag, Fráncfort del Meno, en cooperación con el Ministerio de Relaciones Exteriores, Berlín.

Un pueblo, Un producto

Traducido de «'Isson Ippin' de Ajia o sukuu», publica­do en Voice, enero de 2008, págs. 186-91; versión resumida. Cuadernos de Japón Volumen XXI, Número 1, 2008

Salvando a Asia con el movimiento «un pueblo, un producto»

 por HIRAMATSU Morihiko [i]

Los notables desequilibrios regionales en Japón se han convertido en una cuestión política capital, aun­que este fenómeno no es exclusivo de nuestro país. En todo el mundo, incluyendo a China y otros países asiáticos, África y Occidente, la cuestión más impor­tante en la actualidad para los dirigentes políticos locales es cómo vigorizar sus comunidades. El poder político y las actividades económicas se han concen­trado en las áreas metropolitanas y las regiones peri­féricas se han rezagado.

El movimiento «un pueblo, un producto» (OVOP, en sus siglas en inglés), originado en Õita, lejos de Tokio, en la isla japonesa de Kyushu, ha suscitado el interés de gobernantes y alcaldes de todo el mundo. Los líderes de los países que participan en este movi­miento celebraron la primera cumbre del OVOP en Chiang Mai, Tailandia, en septiembre de 2004. En este artículo quiero analizar el movimiento OVOP tal y como ha evolucionado en diversos países y la «diplo­macia local» que la prefectura de Õita va a desarrollar con ellos.

Comencé a preparar el proyecto de este movi­miento en la década de los 80, siendo gobernador de la prefectura de Õita, en un intento de transformar los productos que se podían encontrar solamente en nuestra prefectura en mercancías aptas para los mer­cados nacional e internacional. La idea de «un pue­blo, un producto» no se limita artículos físicos, sino que comprende también el turismo ecológico con vis­tas a la preservación del entorno local y el desarrollo de un ocio sin prisas, además de permitir a los jóve­nes de las ciudades realizar tareas agrícolas, consumir productos frescos del campo y experimentar de primera mano los trabajos de la siembra y cosecha del arroz. Este movimiento incorpora bienes tangibles e intangibles en sus acciones para contribuir a la revitalización local, como centros turísticos, instala­ciones culturales y organización de eventos.

Un buen ejemplo de ello es el caso del shochü, un alcohol de cebada típico de Õita y ahora un producto OVOP. Este alcohol se considera inferior al sake, pero llevé una muestra para los clientes de los restaurantes de primera clase de Tokio. Lo serví mezclado con agua caliente e introduje la práctica de tomarlo con unas gotas de kabosu (un cítrico parecido a la lima muy común en Õita). «Esto es magnífico», fue su reacción, y la bebida ganó aceptación rápidamente. La popula­ridad de las marcas Kitchomu e iichiko hicieron subir la cuota de mercado del shochü de Õita, que era del 1,0 % en 1975, al 14,9 % en 2003 -el 30 % en la categoría de shochü auténtico-, convirtiendo a Õita en el principal productor de esta bebida. El shochü de Õita se exporta actualmente a países como China, y es un ejemplo ilustrativo de un producto tanto local como global.

Aparte del shochü, otro ejemplo de OVOP puede encontrarse en el Estrecho de Hoyo, una parte del Canal Bungo entre las islas de Kyushu y Shikoku. El aji (jurel) y la saba (caballa) se capturan en las rápi­das corrientes del estrecho mediante técnicas de pesca con pértiga, se tratan en Saganoseki, Õita, y se venden con la marca Seki. Su precio se sitúa en torno a los 5.000 yenes el kilo como marca OVOP, el doble del precio de un pescado sin marca. Esta manera de crear un producto con la marca. Õita es otra de las técnicas del movimiento OVOP.


El OVOP en un contexto más amplio

No será el «poder duro», representado por el poder militar y político el que elimine las fricciones entre los países y establezca relaciones internacionales amis­tosas; más bien lo logrará el «poder blando», un con­cepto desarrollado por Joseph NYE, profesor de la Universidad de Harvard. Se trata de que la diploma­cia local, que promueve los intercambios entre las personas a través de actividades culturales y medi­das de revitalización regional como el OVOP, es la que acercará la paz a Asia y al resto del mundo.

Aunque tengo más de ochenta años, continuó via­jando por países de Asia y África y recibo a delega­ciones para promover el movimiento OVOP, todo ello con la esperanza de que, a pequeña escala, estas acciones puedan contribuir a la paz en Asia y en el mundo. Al mismo tiempo, quisiera dar a conocer más el OVOP en Japón, el lugar donde nació.

Para terminar, resumiré los principales puntos del movimiento OVOP.

1. Autodependencia y creatividad

Los organismos municipales no deben financiar la creación de productos bajo la bandera del OVOP. De hacerlo, se podría provocar el desmoronamiento del sistema una vez agotados los fondos, lo cual no con­tribuiría al desarrollo de productos locales capaces de competir en los mercados globales.

Para estimular el entusiasmo por formar parte del OVOP, dije a la gente de Õita: «La prefectura ayudará a aquellos que se ayuden a sí mismos». Acordamos que las instituciones de investigación de la prefectura (como el Instituto de Investigación Micológica, el Instituto de Investigación de Floricultura y el Centro de Formación de Artesanía del Bambú de la Prefectura de Õita) guiarían a aquellos que tomasen la iniciativa de crear sus propios productos, y organizamos ferias en Tokio para exponer los artículos del OVOP de Õita, junto con los productos alimenticios locales. Esta cla­se de tareas competen al Gobierno.

Los propietarios de posadas tradicionales japonesas del municipio de Yufuin, que ahora ya forma parte de la ciudad de Yufu, tuvieron la idea de convertir la zona en un centro cultural, y lo consiguieron organi­zando festivales de música y cine. También presiona­ron a las oficinas prefecturales y gubernamentales para que limitaran la altura de los edificios a fin de impedir que los hoteleros construyesen edificios altos en esa zona.

La prefectura confecciona un mapa del OVOP para sus pueblos y ciudades, pero para decidir qué pro­ducto puede venderse bajo la marca OVOP es nece­sario basarse en las propuestas de cada municipio.

2. Desarrollo de recursos humanos

El éxito del movimiento OVOP pasa por la preparación de dirigentes locales innovadores. Para alcanzar este objetivo, mientras era gobernador creé pequeñas ins­tituciones educativas que ofrecían un programa de estudios sobre el desarrollo de comunidades en 12 puntos de Õita. Cada escuela podía acoger a treinta alumnos, y yo era su director. Los alumnos tenían ocu­paciones diversas y entre ellos había campesinos y comerciantes que tenían negocios en los distritos comerciales, amas de casa y funcionarios públicos de todas las partes de la prefectura. En la primera mitad de los dos años del programa, aprendieron el aspecto práctico del desarrollo de comunidades a través de conferencias presentadas por personas que habían contribuido de forma tangible a la revitalización local, tales como el director de la cooperativa agraria de Oyama, restauradores de Yufuin y ejecutivos de las compañías de shõchu. En el segundo año, los estu­diantes presentan su propio plan de revitalización, que pasa una revisión previa por expertos y después me lo hacen llegar a mí. Los planes más prometedo­res se implementan de inmediato.

En el siglo XXI nos encontramos en un mundo que no se preocupa tanto del aumento del producto interior bruto como de la satisfacción nacional bruta. Los gobernadores de las prefecturas pueden hacer cuanto puedan para que el Gobierno central, con la ayuda de parlamentarios de su jurisdicción, destine fondos del presupuesto nacional para invertirlos en carreteras y ríos y la construcción de lujosos edificios públicos, pero con esto no lograrán el apoyo de los ciudadanos. En cambio, si la gente tiene un producto OVOP del que se siente orgullosa, ello fomentará un sentido de identidad como ciudadano regional y nacional que dará mucho más sentido a sus vidas. Por mi parte, continuaré dedi­cando mis modestas capacidades a la causa de la satisfacción nacional bruta de los habitantes de todas las regiones del mundo. Esto es lo que significa "pen­sar globalmente y actuar localmente».

[i] HIRAMATSU Morihiko es doctor en Derecho por la Universidad de Tokio. Fue gobernador de la prefectura de Õita de 1979 a 2003. Se doctoró en Ciencias Políticas en la Universidad de Ritsumeikan. En la actualidad es presidente del Comité de Promoción del Intercambio Internacional del OVOP de Õita. Es autor, entre otras obras, de Isson ippin no susume (El poder del movimiento «Un pueblo, un producto»).