Reportaje publicado en la revista Deutschland
El conocimiento y la creatividad son las bases del crecimiento futuro. ¿Cómo cambia el mundo laboral, a quiénes afectan las transformaciones y dónde se hallan los centros creativos? Una entrevista con el profesor Nico Stehr
Pr. Stehr, usted estudia los procesos de transición de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento. ¿Qué caracteriza esa transformación?
La sociedad del futuro, que ya se perfila en el horizonte, se basará en el conocimiento. Cuando, a comienzos de los años 80, introducimos el concepto de “sociedad del conocimiento” en el debate científico nos preguntamos cuáles serían las fuentes del crecimiento en el futuro y cómo se genera valor en la sociedad moderna. Ese concepto pudo imponerse en los últimos años a otros términos similares, como el de “sociedad postindustrial”, porque arroja interrogantes sumamente interesantes en relación con el Estado y el desarrollo de las sociedades modernas. El concepto de sociedad del conocimiento puede ser aplicado no sólo a la sociedad en general, sino también a las grandes instituciones sociales modernas, como el Estado, la economía, la Iglesia, la familia y la ciencia. El término “sociedad postindustrial”, por el contrario, apunta hacia una dirección equivocada. Pues la industria, el sector de producción, que fabrica automóviles, refrigeradores, aparatos de televisión y cosas similares, no pierde importancia. Sólo que cada vez menos gente trabaja en la industria.
¿A quiénes afectan esas transformaciones?
En principio a todos los seres humanos. En el mundo laboral, en la industria, en los servicios, pero también en la agricultura, en todos los sectores de la economía se producen cambios fundamentales, apuntando todos a que vivimos cada vez más en una sociedad del conocimiento. También el agricultor debe tener hoy un alto grado de conocimientos, para poder entender procesos complejos y operar complicados dispositivos técnicos.
¿Qué impulsa ese proceso?
Lo nuevo no es la existencia de trabajo basado en conocimientos, ya que “expertos” siempre han existido. Lo nuevo es el gran número de puestos de trabajo que exigen grandes conocimientos, así como su considerable participación en el empleo total y la rápida disminución de los puestos de trabajo que exigen sólo pocos elementos cognitivos o en los que las personas producen o transportan cosas. Además, las personas que ingresan ahora al mercado laboral lo hacen con muchas más cualificaciones, expectativas e independencia que antes. Ello generará más transformaciones radicales en el mundo del trabajo.
¿Qué importancia tienen las competencias sociales en la sociedad del conocimiento?
Una de las cualificaciones más importantes en ese mundo laboral son no sólo las capacidades cognitivas, sino también las competencias sociales, como la convicción de poder adaptarse y transformarse. En otras palabras: una nueva conciencia. La gente joven y bien cualificada tiene hoy la sensación de poder cambiar algo.
¿Qué consecuencias tienen para el orden social los cambios en el mundo laboral?
La sociedad del conocimiento es una sociedad frágil, es decir, una sociedad en la que las grandes instituciones, como el Estado, la Iglesia y los grupos económicos, pierden influencia. No pierden nada de su poder y autoridad tradicionales, pero sí pierden en relación con el individuo, con pequeños grupos, que están cada vez más en condiciones de socavar las grandes instituciones. Además surgen nuevas relaciones entre los grupos económicos y los consumidores, los trabajadores y los gerentes, los estudiantes y las universidades. Ésa es una de las transformaciones más importantes en la sociedad del conocimiento. Pero ello no significa que ese proceso abarque a todos los individuos. Siempre existirán pioneros, líderes de determinados procesos que luego serán seguidos por todos. Quienes decidan inmiscuirse desempeñarán en el futuro un gran papel.
¿De dónde provienen los creativos?
En la historia de Europa y América del Norte no existe ningún proceso comparable a las experiencias que han realizado los seres humanos en las últimas décadas, particularmente entre 1950 y el 2000. Al final de ese período, la permanente amenaza de inseguridad económica, que antes se cernía sobre casi tres cuartas partes de la población, afecta como mucho a aproximadamente un quinto de la gente. Si bien incluso en las sociedades más ricas continúa existiendo la pobreza absoluta, no sólo el estándar de vida de la mayoría de la gente mejoró de forma casi ininterrumpida, y a menudo muy rápidamente, durante 40 años, sino también sus posibilidades educativas. Lo que caracteriza la singularidad de las experiencias de las actuales generaciones es sobre todo una mayor educación y el bienestar general. Esos cambios sociales generales son la base para el surgimiento tanto de mucho mayores exigencias en cuanto a creatividad como a la multiplicación, históricamente sin precedente, del número de seres humanos creativos.
Su colega norteamericano Richard Florida proclama incluso “The Rise of the Creative Class”, el ascenso de la clase creativa, y lo califica de factor decisivo para el éxito…
Efectivamente, en las sociedades del conocimiento, la creatividad, los factores cognitivos, el conocimiento y la información conforman la mayor parte de los activos de una empresa. En otras palabras, a excepción de los bienes y servicios particularmente estandarizados, la producción es determinada cada vez menos por la cantidad de trabajo tradicional realizado y el capital físico empleado. Hoy por hoy es muy difícil decir hasta qué punto los puestos y contextos de trabajo existentes están ya en condiciones de emplear a personal con crecientes capacidades y exigencias creativas. No obstante, puede partirse de que esas posibilidades de trabajo serán cada vez más necesarias y posibles, a saber, en la medida en que las empresas se den cuenta de que los puestos de trabajo con mayor autonomía, posibilidades de acción y responsabilidad serán una condición para el éxito empresarial sostenido. Por ello, las empresas se verán cada vez más obligadas a poner a disposición ese tipo de puestos de trabajo y a no impedirlos.
Richard Florida afirma que la “clase creativa” desempeña un papel decisivo para el éxito de ciudades y regiones. La prueba: el desarrollo de las ciudades y regiones estadounidenses. ¿Pueden identificarse así también “sitios creativos” en Alemania?
Una importante ley del desarrollo de las sociedades en general continúa teniendo vigencia también en la sociedad del conocimiento: la simultaneidad de lo no simultáneo. La ley de una existencia paralela, tanto en el tiempo como en el espacio, de diversos procesos sociales asegura que diferentes ciudades y regiones del mundo se vean afectadas en forma muy diferente por el desarrollo de la sociedad del conocimiento. También en la sociedad del conocimiento existen formas de producción industrial y creencias religiosas provenientes de sociedades tradicionales.
¿Y ello qué significa, tomando como ejemplo una región?
Tomemos como ejemplo la ciudad de Friedrichshafen, que si bien se halla ubicada en el sur profundo de Alemania, tiene todo lo que hace a una ciudad creativa. Por un lado posee una industria desarrollada, que fabrica motores para barcos, partes para automóviles y satélites. Por otro, un entorno atractivo, con muchas posibilidades para pasar el tiempo libre a orillas del Lago de Constanza. Y ahora también posee una universidad muy acreditada. La tasa de desocupación es una de los menores de Alemania y la ciudad es la que más atrae a académicos y jóvenes. La gente es creativa y se siente bien.
Tomemos como ejemplo la ciudad de Friedrichshafen, que si bien se halla ubicada en el sur profundo de Alemania, tiene todo lo que hace a una ciudad creativa. Por un lado posee una industria desarrollada, que fabrica motores para barcos, partes para automóviles y satélites. Por otro, un entorno atractivo, con muchas posibilidades para pasar el tiempo libre a orillas del Lago de Constanza. Y ahora también posee una universidad muy acreditada. La tasa de desocupación es una de los menores de Alemania y la ciudad es la que más atrae a académicos y jóvenes. La gente es creativa y se siente bien.