Arte, industria y desarrollo de la cerámica japonesa.
12000 años tiene el desarrollo de la cerámica en Japón. Los arqueólogos japoneses dividen habitualmente la Prehistoria de Japón en cuatro períodos y dos de ellos refieren a la cerámica como mojones en la historia: el Precerámico, que comprende los años anteriores a 10000 A.C. y el Jomón, caracterizado por el ingreso de la cerámica (año 10000 A.C. al 300 D.C.).
En el mencionado período Jomón la cerámica tiene un desarrollo primario, aunque en lo cotidiano se aplica desde imágenes religiosas, a distintas formas de vasijas y hasta ataúdes.
En la evolución de los materiales, técnicas y diseños, China y Corea tienen una gran influencia a partir del 1100 hasta el 1500, sobre todo en la región sur que es la que mayor cercanía y vinculación marítima con estos países y toda Asia tiene. No obstante, la cerámica primitiva de períodos anteriores fue mantenida comenzando así a otorgar a la producción japonesa variedad e identidad propia.
Durante la Edad Media se esparció desde el sur hacia distintas regiones del país en las que se desarrollaron hornos. Así la cerámica se fue caracterizando por tanto por su período de surgimiento, como por las regiones en las que se desarrollaba.
En este tiempo la ceremonia del té también fue un motivo de desarrollo y de influencias mutuas. Tazas, platos, jarrones, entre otros son componentes básicos de la ceremonia del té. Y existen seis localidades con hornos que se consideran superiores respecto a la utilización de sus cocciones en la ceremonia del té. De los hornos de esas ciudades y sus ceramistas se rescata no sólo su calidad. Se consideran formas, materiales cerámicos, recubrimientos vidriados y patrones decorativos que contribuyen a crear un mensaje en conjunto con el resto de los utensilios y obras de arte que conforman esa ceremonia. El diseño de las piezas es uno de los temas de conversación pautados en la ceremonia. El ikebana (arte del arreglo floral) es también demandante de piezas cerámicas para sus obras.
A mediados del siglo XVII comienza a influenciar de manera singular el gusto europeo con sus demandas sobre todo la porcelana de una región del sur. Sospecho que esa porcelana es la que ingresó a Argentina con la inmigración.
La cerámica contemporánea japonesa se inició entrado el 1900 con el desarrollo de la “cerámica de taller” que le incorporó nombres y estilos personales.
Hoy existen gran cantidad de pequeñas aldeas que tienen como principal actividad económica la producción de cerámica con “denominación de origen” a partir ya sea de la existencia de la materia prima en esa región o del desarrollo de un estilo basado en el diseño que la caracteriza de otras. Así la cerámica tipifica la vida rural y tradicional del Japón.
En términos generales se puede decir en la actualidad que la cerámica japonesa se clasifica en porcelanas, cerámica vidriada (con terminación similar al vidrio) y cerámica sin vidriar (“cruda”).
En la vida cotidiana, la cerámica también está presente. Amas de casa y cocineros ponen especial meticulosidad en seleccionar que tipo de pieza usar para presentar un plato. En arquitectura se la aprecia en las tejas de construcciones tradicionales.
En los últimos años la cerámica como material ha sido redescubierta por científicos y tecnólogos a partir de vislumbrar en sus propiedades nuevos usos y aplicaciones. Así en la actualidad se la utiliza entre otros rubros en fabricación de piezas utilizadas tanto en microelectrónica y semiconductores como en la industria espacial.
De esta manera la cerámica, esa combinación de barro y fuego, 12000 años después sigue siendo material de estudio científico, desarrollo tecnológico e innovación productiva. Y Japón sigue siendo el principal polo para su desarrollo.
Nota de opinión de Luis María Lafosse publicada por el diario El Tiempo de Azul el día martes 10 de enero de 2006.
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