If we keep doing what we're doing, we're going to keep getting what we're getting.
Stephen Covey

6.1.06

Sociedad envejecida y empleo

Siendo el país líder en esperanza de vida, Japón cuenta con su fuerza laboral envejecida. Cómo afecta el futuro del país.

La virtud que implica ser el país con gente que vive más de 80 años debido a la excelente calidad de vida, está contrapesado por el rápido envejecimiento de su población a raíz de la baja tasa de natalidad que acarrea desde hace años. Su tasa de ancianidad del 20 %, es la más alta del mundo, y para el año 2025 crecerá hasta 30 %. Al mismo tiempo la población joven decrecerá en seis millones en el período 2000-2015.

Relacionado en parte con esto, el panorama del empleo en Japón cambió sustancialmente en los últimos diez años. Desde el punto de vista del desempleo, en los años de gran crecimiento de los sesenta, el desempleo era del 1 % y en los setenta trepó al 2 %, cuando en los países industriales de occidente era de un 10 % o más.

No obstante, esto fue cambiando. En 1995 el desempleo ya era de 3 %, en 1998 del 4 % y en 2005 del 5 %. Si bien en comparación con Argentina es muy bajo, hay que ver no sólo que ha crecido, sino que ese crecimiento se ha acelerado en la última década.

Al aumento del desempleo hay que sumarle otro cambio estructural que es la modificación de las categorías de empleo. Mientras que en 1990, 8 de cada 10 trabajadores se empleaban en una misma empresa para toda la vida laboral, nos encontramos que en los últimos años, el trabajo contratado por tiempo determinado creció hasta 3 de cada 10 personas. En el caso de la mujer es 5 de cada 10.

Si la edad de jubilación convencional a los 60 años continúa aplicándose, los trabajadores entre 20 y 59 años deberán sostener la carga de mantener a toda la población, cosa que es normal en una sociedad con su pirámide poblacional equilibrada. Pero cuando una sociedad tiene una masa de trabajadores de mediana edad o superior, el sistema de empleo debe rediseñarse para que existan trabajos para estos grupos de edad y colaborar para que participen del esfuerzo de mantener al resto de la población.

El gobierno ha elevado la edad para empezar a cobrar las jubilaciones de 60 años a 65 porque así se logra equilibrar sistema de pensiones y mantener las pensiones públicas como la principal fuente de seguridad financiera después de la jubilación.

Pero además Japón necesita asegurarse la disponibilidad de mano de obra. En este sentido, el país necesita crear una sociedad en donde las personas estén activas toda su vida y tengan trabajo mientras conserven su voluntad y capacidad laboral.

La mayor intensidad en la competencia del mercado hace que la oferta de trabajo indefinido escasee optándose por personal eventual. Así, asegurar el empleo se convierte en responsabilidad del trabajador. Por otro lado la reducción de oferta de jóvenes trabajadores, aumentará la movilización de trabajadores veteranos entre industrias.

Para comenzar a abordar este problema, una de las primeras reformas necesarias es la construcción de una sociedad en donde las personas puedan utilizar su talento mientras tengan el deseo y la capacidad de trabajar. Y para esto es necesario abolir la jubilación obligatoria que predomina hoy.

La segunda es revisar la escala de salarios y promociones basada en la antigüedad, y eliminar la imposibilidad de ingresar a empresas a mayores de 45 años, que se convierte en un obstáculo para conseguir un nuevo empleo.

Finalmente las personas deberán renovar sus capacidades laborales. Necesitarán mantener al día sus conocimientos y encontrarán necesario interrumpir su trabajo periódicamente para formarse.

Atsushi SEIKE, autor de la nota que sirve de base para la historia de hoy termina dice: “El desarrollo económico de Japón es el producto de las capacidades de su gente, y el talento humano continuará siendo el único recurso en el que confiarán nuestra economía y nuestra sociedad. En este sentido, es justo decir que si Japón quiere conservar su nivel de vida en el futuro, cada miembro de la sociedad debe renovar continuamente sus capacidades laborales, y el mundo empresarial debe garantizar que estas capacidades no se desperdicien”.
(Nota basada en el artículo del Prof. Atsushi SEIKE, Doctor en Economía Laboral de la Universidad de Keio, publicado en Cuadernos de Japón, volumen 18, Nº 2, verano 2005.)


Nota de opinión de Luis María Lafosse publicad apor el diario El Tiempo de Azul, el día lunes 5 de diciembre de 2005.

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