If we keep doing what we're doing, we're going to keep getting what we're getting.
Stephen Covey

29.1.06

La apreciación de la naturaleza

La naturaleza es en Japón fuente de contemplación, inspiración y testimonio de su nivel de educación.

Cando la gente se encuentra y saluda en las calles de Japón la conversación recurrente, al igual que aquí, es sobre el clima: ¡Qué calor!, ¡Qué frío!, ¿Cuándo lloverá?, Etc. Estimo que en todo el mundo es así.

Allí, cuando los medios de comunicación brindan el informe meteorológico, no sólo informan el estado del tiempo de esos días. Informan además los pronósticos extendidos a diez días, a qué hora exacta del día va a llover y en qué momento del día se puede tender ropa lavada. Hoy en día esa exactitud podría atribuirse a los servicios de información satelital, pero allí este servicio data de años y está basado en las minuciosas estadísticas que desde siglos se relevan.

A su vez en primavera existe en los medios masivos un servicio de información que detalla los distintos brotes de árboles y flores ornamentales. Esa costumbre tiene un fuerte arraigo en la tradición de observar la naturaleza y sus distintos fenómenos. Floraciones, caída de hojas de árboles, nacimientos de especies animales o insectos que nacen y se manifiestan en determinado momento del año. Así, se sabe en qué semanas del año cantan las chicharras, en que semana migran determinados pájaros, cuando florecen los cerezos y toda una organización cultural ligada a las distintas manifestaciones de la naturaleza que son signo y testigo del paso del tiempo, como un reloj natural.

Las cuatro estaciones climáticas son mojones de los distintos momentos del año y respetadas en muchos de los acontecimientos. Tienen además otras subdivisiones parciales originadas en cada uno de los hechos que la naturaleza depara.

Para las principales manifestaciones existen actividades de observación y avistaje y hasta circuitos turísticos que movilizan miles de personas motivadas por la contemplación de esos fenómenos. Por ejemplo, en cada abril se desarrolla el hanami (mirar las flores) que es un festival que consiste en contemplar la floración de cerezos que pueblan la mayoría de los parques públicos. Así centenares de japoneses reunidos entre amigos acuden a esos parques poblados de cerezos por las tardes o noches, bajo los cuales se organizan picnic o asados, mientras los pétalos de las flores de cerezo caen sobre sus cabezas y hombros. La cerveza y el sake son infaltables complementos.

La naturaleza es también fuente de inspiración. Manifestaciones artísticas como el bonsái, ikebana y jardinería son ejemplos de creación más ligados a lo artístico y cultural que a lo paisajístico. Los jardines son a su vez utilizados para la meditación que se realiza contemplándolos desde una plataforma. Así se utiliza la naturaleza como fuente de creación y contemplación.

Los departamentos de urbanismo de cada municipalidad están integrados por paisajistas profesionales que diseñan los parques y paseos públicos teniendo espacial cuidado en los momentos en que árboles, arbustos y flores brotan o florecen. Esto permite coordinar los distintos momentos de floración logrando que durante la mayor parte del año los parques estén coloridos de flores. Además los colores de las flores que nacen en cada momento se combinan para que ese colorido sea armónico.

También la naturaleza es la principal musa inspiradora de poetas y escritores que logran describirla e interpretarla con gran sensibilidad.

Tanto en la producción cerámica como textil como en otras ramas de manufacturas tradicionales, la naturaleza es origen para la creación de motivos, guardas y diseños que decoran vajillas, utensilios, kimonos. Y en el arreglo de la mesa para las comidas, se utiliza vajilla cuyos motivos son alegóricos al momento del año que está transcurriendo. Del mismo modo los motivos de un kimono que se viste, pueden ser de una flor o animal que en ese momento del año tiene importancia.

En ese sencillo hecho de encontrar en la naturaleza tanta riqueza hay una correspondencia con una fina sensibilidad desarrollada a lo largo de muchos años. De esa manera se ha concretado un refinamiento cultural que atraviesa a todos los niveles de su sociedad. Y ese conocimiento y esa sensibilidad son atributos del nivel de educación que cada ciudadano aspira y alcanza.


Nota de opinión de Luis María Lafosse publicada en el diario El Tiempo de Azul, el lunes 30 de enero de 2006.

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